No alejes tu mano,
quédate en esta vigilia.
Espera conmigo que llegue
una vez más el día.
No quiero pasar esta noche
sólo, sin alegría.
Déjame al menos un recuerdo
entre mis ilusiones perdidas.
Una flor que guardaré luego
como un tesoro de por vida.
Como un arco iris dormido
en la oscuridad peregrina.
Acaso consiga el milagro
de que regreses, algún día.
martes, 17 de marzo de 2009
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