No mientes,
simplemente escribes;
tu alma en tus poemas luce
una luz inconfundible.
Un dolor que te atraviesa
pero que en tanta destrucción
con tu actitud se compensa
y crea, siempre algo inventa.
Quisiera alguna vez, si pudiera,
poseer el don de la dulce escritura,
porque si bien a veces pareces dura
en el fondo sé que eres buena.
Descansa, ya descansa de tus penas
que no sean Erinias que destrozan
con sus garras tu corazón de sirena
encadenada en el fondo de un océano
de pensamientos y locas ideas.
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