Te llevo conmigo
donde quiera que vaya;
no existe tiempo o distancia
que me aleje de la dicha
de tu mágica mirada.
Ni argumento alguno
que me convenza de nada
más que el dulce silencio
de la brisa en las mañanas
de un otoño que me abraza.
Caminamos juntos
todos los días de esta vida
con la inigualable certeza
de que al amor se llega
con un poco de poesía.
Pues estás conmigo
en cada palabra dormida,
en cada recuerdo hermoso,
en cada lejana sonrisa
de la luna, nuestra amiga.
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