Caen de mis manos
todos los poemas,
no puedo darles forma
en el teclado mecánico
de una máquina tonta.
Alcanzo apenas
a tomar ideas sueltas
del aire en su sutileza,
de mi arte de poeta
en toda su torpeza.
Por eso se leen
destellos de algo
que pudo haber sido
tantas cosas buenas,
palabras selectas.
Pero son retazos
de muy lejos llegados
en un viaje fantástico
de horizontes extraños,
desiertos abstractos.
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