Me cuentas tu vida cotidiana
y los problemas que ella implica
con sus matices de tristeza y alegría.
Yo te leo, o escucho, atento
para encontrar todas las respuestas
en las palabras aquellas.
Hacer una mayéutica que demuestre
que tienes siempre todas las soluciones,
basta con notar las diferencias.
Descubrir tus dones y dar gracias
por todas las maravillas que te rodean,
mira alto al cielo en su belleza.
Los milagros se dan a diario,
en cada momento encuentras la mano
de un dios bueno que es amor claro.
No llores por lo perdido, por lo ido;
tampoco lamentes lo que has hecho
que, después de todo, ya está hecho.
Si es malo, pide perdón sincero;
si es bueno una parte ya tienes
de lo que hacer siempre debes.
Piensa en tus pasos como un héroe,
no porque tengas super poderes,
si no porque estás vivo y valiente.
Ante las inclemencias del destino
hay que seguir siempre adelante,
eso es lo único que nos mantiene.
Dando lo mejor cada día,
una palabra, un gesto, una sonrisa,
caridad muy dulce de dar la vida.
Porque no es débil una flor
que efímera y muy pequeña esparce
su aroma en el aire celeste.
Aunque muera sin que nadie sepa
que ha respirado la delicia
de su gran sacrificio alegre.
Seamos como la brisa leve,
que siendo sutil pero constante,
orada la montaña indiferente.
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