No eras más que un recuerdo
de algo que quedó muy lejos.
Un mito en mi vida
de todas las cosas perdidas.
Un vacío en el alma
que se llenaba de melancolía.
Un recuerdo que borraba
cada noche de cada día.
Pero apareciste de repente,
mucho más dulce y más linda.
Con aquella misma sonrisa
que se llevó mi sonrisa.
Con la mirada muy franca
dijiste cosas que no decías.
Ahora no sé como olvidarte,
como acallar tu imagen
en esta fotografía.
martes, 8 de julio de 2008
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