No salgo de esta casa,
me quedo custodiando los recuerdos.
No quiero que se queden lejos
por más que pase y pase el tiempo.
Después de todo no hay nada fuera
como para que quiera salir al encuentro
del sol, del las aves, del cielo.
Guardián solitario soy ahora y no puedo
dejar que mis pasos crucen esa puerta
que está cerrada por dentro.
Acaso un día rompa aquel sello
para salir despacio una noche
a buscar las estrellas que se fueron.
Por lo pronto dejo que el cielo
siga en lo alto, siempre muy lejos.
Donde no pueden llegar los gorriones
que vuelan pero no alcanzan
el lugar donde duermes en silencio.
domingo, 4 de octubre de 2009
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2 comentarios:
tinchin! como sabes, me gusta leerte, me imagine en mi habitacion... me llegó, es como el refugio y la escapatoria de la realidad, es como nuestro escudo no?...aunque la realidad sea otra, ...enfrentarla!!!
No te entiendo... Qué enfrente qué?!!
Bueno... Gracias por leer y comentar jaja
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