Un día me quieres
y el cielo estalla de magia;
entre las nubes las estrellas
dicen tu nombre con nostalgia.
Otro día no me recuerdas
y es como si se cortara una cuerda
invisible de donde pende este mundo
que al caer profundo se desintegra.
Te llamo y no respondes,
como si te hubiera tragado la tierra,
como si no me hubieras conocido nunca,
vez alguna me hayas visto siquiera.
Como si todo aquello que vivimos
haya sido algún misterioso signo
de un sueño que se ha perdido
al despertar un día cualquiera.
Sin embargo, hay veces que regresas
con la misma sonrisa que me deja
en el alma el dulce sabor de saber
que una ilusión puede ser cierta.
Pero entre tantos devenires
ya no sé que cosa es ciencia cierta,
si me quieres sinceramente o me usas
simplemente cuando vale la pena.
Lo que sea, siempre me enloquece
de mil diferentes y extrañas maneras,
como un tonto que ha perdido del todo
la noción de la realidad que lo rodea.
2 comentarios:
andas enamorado... escribiendo escribiente... la vida es eso, es el devenir de las cosas... como un río, fluye... sin más... besos
Las palabras fluyen solas. Tengo la dicha de que encuentren su cause en mis poemas.
Escribo y escribo... esa es mi meta.
Besos Vale
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