Hoy es un día extraño,
de aquellos donde uno presiente
la llegada de un milagro.
Quizás sea algo muy simple,
eso que hace de lo cotidiano
acaso algo extraordinario.
Lo cierto es que me levanté temprano,
esperando con anhelos al sol claro
salir en el horizonte lejano.
Llegó el mediodía, comí apenas algo,
luego la siesta, sin dormir temiendo
perderme ese hecho tan ansiado.
La noche me sorprendió escribiendo
cartas sin ningún nombre, ni tiempo,
con temas muy variados.
El sueño fue llegando lentamente
pero aún no es media noche y siento
que puede suceder pronto algo.
Tal vez sea en un sueño
donde exista lo que tanto espero,
o quizás sólo fue un intento
de mi ilusión siempre en vano.
Lo cierto es que esta noche tiene,
entre sus estrellas, muy en lo alto,
tu sonrisa que siempre es tan bella;
comprendo así lo que estaba buscando.
Que ese es el tan deseado signo
que esperé tantos y tantos años;
mis noches, de ahora en más son distintas
a todas las otras noches de antaño.
Tienen en su interior, hundidos,
los viejos recuerdos tan queridos
que me dejaste en el corazón guardados,
cual tesoro, en un mar, infinito y calmo.
5 comentarios:
pase a dejarte besos... nos vemos...
Gracias.
Los milagros existen, es cuestion de creer. Te dejo mis saudos. Bellas poesias. Cuidate.
La Vida misma es un milagro...
Hay que hablitar esa fina
percepción que nos permita
encontrar los milagros cada día,
en cada instante pleno
donde nuestro corazón se expresa!!!
Cariños,
Lidia
Bueno... más de un lector que firma jeje. Gracias!!
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