domingo, 1 de junio de 2008

LUGARES DESIERTOS

El tiempo corre
lentamente en los relojes,
nos demuestra su paso en fotos,
en los niños que ya son hombres.

En las canas que han venido
a quedarse en nuestra cabeza;
las mismas ideas pueden ser otras,
otros pensamientos llegan.

Cambiamos sin darnos cuenta
aunque pensamos que somos los mismos;
el tiempo nos hace distintos en el cuerpo
pero el alma siempre conserva su destino.

No envejecen los sentimientos,
ni las palabras que por su causa vertemos,
simplemente pasan los años, crecen los abismos
que nos separan de aquellos que no volvieron.

Será, tal vez, que encontraron la manera
de ser eternos en todos los momentos,
pero a costa de ser prisioneros del tiempo
que los deja lejos, cada vez más lejos.

En alguna parte caminas, más lento supongo,
con el viento del otoño en los hombros,
pisando las hojas secas de los árboles
que te han dado sombra en el pasado.

Sonriendo al ir pensando en aquello
que te ha pasado de bueno en tu vida;
mis pensamientos van contigo y ya no son míos
los minutos que vivo en este mundo vacío.

Este mundo que no es la vida que quería;
aún me sorprende pensar que nada había,
ni las palabras, ni las caricias, ni tu compañía;
nada es como soñaba, nada como lo pretendía.

Aunque no puedo hacer mucho ahora,
mis manos ya no son como antes eran;
quien sabe como lo has logrado pero en mis sueños
te veo siempre joven, y nunca puedo cambiar eso.

Los sentimientos no varían porque es en el alma
donde siguen viviendo; el corazón late lento,
los huesos duelen al dar estos pesados pasos
por aquellos lugares que hoy están desiertos.

2 comentarios:

Valeria Elías dijo...

Tincho: siempre que entró me encuentro con una super producción de poesías... que bueno que reflejes una parte de la vida para todos.... besos

Un sitio de poesía dijo...

Un poco de vivencias personales y mucho de inspiración. Imaginación, se podría decir.

Con eso consigo escribir a cada rato jaja

Gracias por pasar Vale!!

VISTA

No pasa nada, todo es fantasía, una simple vista a vuelo de ave en la cornisa. En el borde del mismo abismo donde caen abatidos los deseos p...