Te conocí un día
navegando por mares virtuales
donde las distancias se achican
donde no existen pesares.
Donde somos avatares
comunes pero muy especiales
de sueños que tenemos
en papeles digitales.
Un mundo de fotografías
con apenas algún comentario,
tu sonrisa y tu cuerpo hermoso
me dejaron marcado.
Y no fueron ya mis días
como los días de antaño,
buscaba ese breve encuentro
acaso como un milagro.
Como quien ansía el día
más hermoso que viene llegando,
te soñé dormida, te besé los labios
con estas palabras, pobres garabatos.
Dije tu nombre por vez primera
y me sentí iluminado por la magia
de esos ojos que un día brillaron
con una luz que me dejó pensando.
Que quisiera ser un buen poeta
para escribir versos enamorados
en tu piel que ha de ser suave
como los pétalos de jazmines blancos.
Tu piel que quizás nunca roce,
pero tuve la mejor de las suertes
cuando una noche, de repente,
tu alma se hizo en mi alma presente.
Hoy siento que estás conmigo
aunque tal vez nunca te lo diga,
aunque no te vea, ni sepa de tus días,
eres parte de la maravilla
de los sueños que tanto amo.
miércoles, 25 de junio de 2008
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2 comentarios:
sueños de amor... que dulces y bellos son... besos Martin...
Gracias Vale... sos la única que me firma (y sospecho que la lee mis poemas jeje).
Soñemos siempre, que de sueños viven los poetas.
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