Sin sentir casi nada, como una roca,
como una estatua con forma humana
que parece sonreír, tener mirada.
Pero que está inmóvil, sin alma,
es fría y ni el tiempo, ni el sol
parecen, de alguna manera, molestarla.
Erguida en su pedestal de mármol,
con sus ojos vacíos nos señala
sutilmente un punto en la nada.
Tomamos su mano que no cambia
para caminar en sueños hasta su casa,
aquel lugar que imaginamos con magia.
Pero no puede tener sentimientos,
ni un pesar, una alegría, ni pensar
que algún día terminara su etapa.
Quien diría que me engañaría
el enamorarme de una figura vana,
parece una mujer hermosa
pero sólo es una piedra nefasta.
* (Una amiga me hizo notar que se parece
a un poema conocido, obvio que el mío es más tosco jeje)
miércoles, 16 de julio de 2008
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2 comentarios:
Tincho... pase a dejar besos y abrazos... cosas que las estatuas no suelen hacer... jejeje
jajaja!!
Vos no sos una estatua... salvo esa que anda en la peatonal jeje
Gracias por pasar Vale!! Besos
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