Me comunico contigo
mediante señales de humo,
como retazos de palabras
que el viento dispersa.
Quizás llegue alguna
de todas esas palabras sueltas,
hasta tus oídos y tus ojos,
hasta tus manos que esperan.
Hasta tu corazón que sueña
pero es un ave herida que vuela
cerca del nido y siempre regresa
al cobijo de su soledad eterna.
En cierta manera nunca me he ido,
estuve como un fantasma contigo,
a tu lado siguiendo tus latidos
y velando por tus heridas abiertas.
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