Puedo decir que estoy bien,
con este tiempo que corre,
con las horas siempre perdidas
y esta sensación de que la vida
se escapa por los bordes.
Del vaso de los días
que cansinos y sin despedidas
se van uno tras otro hasta ser meses.
años que de pronto me sorprenden
más viejo, menos alegre.
Acaso sea la costumbre de que nada
se da como quiero que así sea,
pero tengo vida y mis poemas
brotan del alma como las flores
más humildes de la pradera.
Aunque escuche su voz
muchas veces desde los oscuros
espacios de su siempre triste ausencia,
ni tenga más ni besos ni abrazos;
el amor es un milagro que no llega.
Pero sigo andando en la senda
que me ha dado el destino en la tierra,
quizás tenga un golpe de suerte y logre
todas esas cosas que por ahora imposibles
parece que siempre me fueran.
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