Se pasa la vida
en las horas caídas
que el tiempo lleva.
En los recuerdos que quedan,
también en los que se olvidan,
en las palabras perdidas.
En esos besos y caricias
de un amor que ya no es nada,
una brisa serena y calma.
Una mirada que es reflejada
en los fríos espejos del alma
quebrada y sin esperanzas.
Un adiós dicho mil veces,
una historia que se repite
y siempre perece.
Un sueño que tuve un día
a veces me visita, me mira,
me toma de la mano y su sonrisa
se vuelve la sonrisa mía.
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