No comprendo como pudiste,
como pudiste hacerme esto.
Como nunca me quisiste
y fuiste una mentira todo el tiempo.
Como te reías pero por dentro,
en silencio, fruncías el ceño.
Soñaba con tenerte siempre,
que desde el alma estábamos unidos.
Pero era un signo vacío
de mi estúpida manera de ser ciego.
No concibo que todos esos momentos
hayan sido simplemente inventos.
Locuras de mi desasosiego,
en la búsqueda de un corazón bueno.
Aunque de corazones no sabes,
creíste que tenías todas las razones.
Y yo siempre tuve en el alma
todos estos sentimientos tan pobres.
Ahora no queda nada, más que esto,
estos fantasmas que no comprendo.
Esas imágenes tuyas conmigo
son simplemente un infierno.
Nunca voy a olvidarte, no puedo,
eres una herida que sangra
y me está matando sin remedio.
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