Otoño...
con tus hojas secas
llevadas por el viento,
con las noches largas
y los días inciertos.
Con las horas quebradas
por el frío de un tiempo
que se repite en la mirada
de los que se fueron.
Con el cielo distante
de los sueños que emigraron
como aves errantes buscando
el calor que ha muerto.
Quiero...
que me permitas verla
aunque sea, en un imaginario
pero maravilloso regreso,
aunque no pueda tocarla
aunque no haya palabras y besos.
Aunque no alcance a discernir
el color de sus cabellos, ni su nombre
en mis labios se haga eco eterno
de todo lo que por ella siento
de todo lo que lamento.
Otoño...
la primavera ha partido
buscando horizontes nuevos,
llevándose consigo las flores
del jardín de mis sueños.
Los aromas en la brisa,
el perfume de su cuerpo
son ahora en los atardeceres
la nostalgia que siento.
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